11. Jesús es clavado en la cruz.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Estás ahora extendido sobre la cruz y los soldados han empezado a clavarte los gruesos clavos en tus manos y en tus pies, cosiéndote al madero. Todos se ríen de ti. Los soldados se han jugado a los dados tus vestidos. Todos parecen haberse vuelto locos. Tú no les has dado más que amor y bondad, y todo lo que te ofrecen ahora son unos clavos a través de tus manos y tus pies.
Oremos: Oh Dios, el hombre parece a veces más un animal que un ser humano. Nos hacemos daño los unos a los otros burlándonos del color de la piel, o de los defectos en el modo de hablar, o de los vestidos pobres; cosas que no tienen ninguna importancia. Haz que nunca sea yo quien clave un clavo en el cuerpo de otros con mis desprecios o mis injusticias o mi fanatismo.
Pequé, Señor, pequé.
Ten piedad y misericordia de mí