4. Jesús encuentra a su madre
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
En medio de los gritos y los insultos que te dirigen tantas personas, finalmente encuentras a alguien que te quiere bien y que siente dolor por ti. Es tu Madre. Ella no puede hacer mucho para detener tu sufrimiento, pero te dirige una mirada que te muestra que está sufriendo contigo, y eso te ayuda en tu camino. Alguien te entiende.
Oremos: Oh Dios, Tú me diste a mis padres. Nadie más en todo el mundo es mi padre y mi madre. Gracias por este regalo que me has hecho. Por muy duras que sean las cosas en la vida, yo sé que ellos están ahí y que de veras me quieren. Ayúdame a mostrarles yo también mi amor.
Pequé, Señor, pequé.
Ten piedad y misericordia de mí